San Miguel Arcangel, conocemos sus vitrales
Los vitrales de la Parroquia de San Miguel Arcangel, del barrio de San Nicolás, son de fines del siglo XIX. En su mayoría los realizó a Gustave Pierre Dagrant, oriundo de Burdeos (Francia). Están consagrados a los siguientes temas: San Felipe Neri venerando el crucifijo. San Jorge matando al dragón y el Niño de Praga en el sector derecho. El Sagrado Corazón y San Camilo, en el crucero. A la izquierda: San Carlos Borromeo, Asunción de la Virgen, Santo Obispo sobre cruz y San José. En el transepto (nave transversal que forma el brazo corto de la iglesia), la Transfiguración de Cristo.
La puerta traversa, desde hace tiempo clausurada, presenta el tema de San Miguel matando al demonio. La cancel (o contrapuerta) es de 1898. Presenta ornatos e invocaciones al Arcángel: SANCTE MICHAELI PROTEGENOS y SANTE MICHAELI ORA PRO NOBIS. Los mismos fueron restaurados entre 2011 y 2012 por Vitraux D’art – Antigua Casa Soler.
San Miguel Arcangel y Augusto Ferrari
En 1918 por iniciativa de Monseñor Miguel de Andrea se le encargo al arquitecto y pintor italiano Augusto C. Ferrari la remodelación del templo. Ferrari modificó el espacio interno de la iglesia creando un ábside curvo. Cubrió la bóveda y la cúpula con casquetes de metal desplegado y yeso. Para delimitar los tramos, colocó arcos fajones del mismo material. Recortó cornisas para lograr el efecto de trampantojo. Es una técnica pictórica que se propone un efecto al ojo a aceptar como real lo que tan sólo está pintado. Decoró con grandes cuadros las paredes libres sobre los altos zócalos y la techumbre. En el conjunto se observa la reunión de temas tomados de los Evangelios Canónicos y de los Apócrifos.
El diario La Unión del 16 de julio de 1921 dice:
«Los grandes altares de madera han desaparecido para dar lugar a cuatro más pequeños de mármol, colocados en forma tal que permiten dar mayor desahogo al templo. En vez de los antiguos santos de bulbo el artista ( ..) ha hecho delicados lienzos que representan uno al Sagrado Corazón, a María Inmaculada otro, a la nobilísima Santa Filomena el tercero y a la Muerte de San José el último…puede considerarse el templo más hermoso de la capital. Efectivamente, el antiguo templo del cual fueron curas rectores destacadas personalidades del clero argentino (…) evoca en Buenos Aires el aspecto característico de las capillas romanas del siglo XV
© Miguel Cabrera
