Basílicas

El Santísimo Sacramento siempre nos sorprende

Este templo nos sorprende vez que lo visitamos. Siempre vemos algo que escapó a la mirada la vez anterior. En esta oportunidad vamos a contar algo del altar mayor y de su maravilloso órgano que me hipnotizó con su sonido.

El instrumento posee exactamente 4808 tubos es de la casa Mutin-Cavaillé-Coll. Se construyó en 1912, en Francia y enviado a Buenos Aires en 1913. Como el templo no estaba concluido. Recién en 1915 se armó. Su presentación fue todo un suceso para la acaudalada sociedad  porteña.

En esa oportunidad la primer pieza que se tocó fue la clásica sinfonía para órgano número 5 op. 42 no. 1 de Charles-Marie Widor, escrita en 1879. Editada por la primer casa francesa de ediciones musicales Hamelle. Estuvo a cargo del organista francés Jules Beyer. Contó , además, con la presencia del dueño de la empresa fabricante del instrumento musical Charles Mutin.

Lamentablemente se reemplazó la consola mecánica original del órgano. No sabemos cual fue el destino de la misma. Una consola italiana (Tamburini) se colocó en 1955. La disposición original de los teclados también se alteró al cambiarla. Escuchalo en una interpretacion del organista Rafael Ferreyra:

El altar también sorprende

sorprende altar

Entre otras bellezas sorprende el Altar Mayor donde se ubica la Custodia del Santísimo. Mármol blanco con vetas grises, además de ónix y mosaicos venecianos, son parte de ese altar. Sobre ese emblema del edificio hay un templete con ocho pares de columnas de ónix granate de Marruecos.

También hay cuatro ángeles esculpidos en mármol de Carrara. La Gran Custodia fue realizada en oro y plata por la casa Poussielgue Roussand de París. Además el púlpito, los confesionarios, la sillería del coro y las puertas, todos hechos en madera, fueron realizados por los tallistas de la Casa Wespelaere de la ciudad belga de Brujas. Esos son sólo algunos de los detalles impactantes del lugar.

2 comentarios en «El Santísimo Sacramento siempre nos sorprende»

  • Una curiosidad de este riquisimo y magnifico altar es que las columnas del Sagrario son de malaquita de los Urales, Rusia. Por fortuna no fue mutilado por la reforma liturgica que no preveia la destruccion de altares y retablos como sucedio despues del Concilio Vaticano II en una verdadera furia iconoclasta que arruino muchas iglesias, como la de las Esclavas, frante a la plaza Vicente Lopez, donde existia una altar similar de proporciones reducidas.

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