Carmelo Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz

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La historia del Carmelo Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz comienza el 19 de junio de 1927, la madre priora y dos novicias del Carmelo San José de la calle Humberto Primo recibieron la primera inspiración para fundar un nuevo Carmelo. Comenzaron las gestiones y, al solicitar el permiso a la Curia para la nueva fundación, fue denegado ya que había tres Carmelos en la Arquidiócesis de Buenos Aires (San José de 1874, Santa Teresa de 1896, Corpus Christi de 1905). Se volvió a tratar la posibilidad de la fundación y finalmente fue aceptada

El 12 de septiembre de 1930, en los terrenos donados por los herederos de Luis María Saavedra y su esposa Dámasa Zelaya (el era sobrino nieto del presidente de la junta de mayo, fundador del barrio homónimo y la familia vivió en una mansión que hoy es el Colegio Leguas Vivas) , fue bendecida y colocada la piedra fundamental de este monasterio de las Carmelitas Descalzas

El 19 de junio de 1931 llegaron las Madres Fundadoras. Su intención era ofrendar sus vidas y sostener con su oración a los sacerdotes y a las vocaciones para este ministerio. Ayudaba a esto la cercanía del Seminario Metropolitano ubicado en el barrio de Devoto.

El 20 de junio de ese mismo año, el obispo auxiliar y vicario general de la arquidiócesis de Buenos Aires, monseñor Antonio Rocca, procedió a poner la “clausura pontificia” y celebró por primera vez en el monasterio la santa misa. Así quedó desde entonces y hasta ahora el Santísimo Sacramento en este lugar.

Una historia de constancia

Altar de la capilla a la derecha las rejas que separan a las hermanas

Con mucha abnegación se fueron superando los inconvenientes que surgían para continuar las obras. Finalmente, gracias a la donación de  Juana Garat (de quien no he podido tener mayor información) se pudo concluir la construcción del resto del Monasterio: talleres, jardines, más celdas.

La primera comunidad carmelitana de este monasterio produjo abundantes vocaciones para la vida contemplativa. De esta comunidad salieron con el correr de los años, las monjas que fundaron en 1956 el monasterio Nuestra Señora del Monte Carmelo y Santa Teresa del Niño Jesús, de Concordia (Entre Ríos). En 1963 el monasterio San José, de Nueve de Julio (provincia de Buenos Aires). Y en 1987 el monasterio Nuestra Señora del Rosario, de San Nicolás de los Arroyos (provincia de Buenos Aires)

Las religiosas que viven allí, ademas de las tareas espirituales, tienen talleres para trabajar en distintos oficios artesanales:

  • Taller de yeso y cerámica: donde realizan imágenes religiosas.
  • Taller de costura: donde confección Ornamentos Litúrgicos,
  • Dulcería: donde elaboran mermeladas, frutas en almíbar, tortas galesas, tortas variadas, pan, miel
  • Taller de velas: donde hacen velones litúrgicos y velas decorativas
  • Otros trabajos artesanales: donde realizan rosarios, escapularios, decenarios, novenarios, impresiones sobre madera y estampas.

Algunos de estos elementos se utilizan en los templos de la Ciudad, otros se pueden adquirir por quienes visitan el Carmelo. Las «Cruces de la Paz» que se encuentran en diferentes salas del Hospital Velez Sarsfield desde el 2016, las realizaron en el convento.

¿Qué es la clausura?

La clausura es una expresión visible del deseo de buscar a Dios continuamente y que facilita un espacio propicio para el crecimiento en la vocación contemplativa. Manifiesta la consagración total a Cristo ya que cuando algo es “consagrado” quiere decir que está “separado para Dios” dedicado exclusivamente a Él.

Por eso la delimitación física por medio de la clausura, de un espacio para vivir la consagración a Dios es indispensable para el crecimiento en la intimidad de la oración, un mayor desprendimiento exterior e interior y una vida de silencio y soledad. Esto no quiere decir que las religiosas esten presas, ni encerradas.,La clausura es un medio para salvaguardar la libertad y la armonía de la vida comunitaria. Algunas circunstancias particulares, como la enfermedad de algún familiar cercano, la propia necesidad de asistencia médica, los trámites intransferibles, las obligaciones civiles (votar) u otras causas razonables pueden ser motivo de salir del monasterio.

Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz

La jovialidad y la transparencia y, al mismo tiempo, la sabiduría original y la fortaleza son algunos de los rasgos de esta santa, joven y popular. Thérèse Martin nació el 2 de enero de 1873 en Alençon, Francia. A los pocos años, la familia se trasladó a Lisieux, tras la muerte de la madre a los cuatro años Teresita. En abril de 1888 ingresó en el Carmelo de Lisieux, sólo por Jesús. La habían precedido sus dos hermanas mayores.

Por la Pascua de 1896 se manifiesta la enfermedad grave, mortal. Al mismo tiempo, entra en una desoladora noche espiritual, que dura hasta su muerte. Constatando su propia experiencia, tiene comprensión por los ateos, a los que ahora siente doblemente como hermanos. En la enfermería conventual, su hermana María Inés de Jesús comienza a anotar las palabras, las observaciones, de la enferma, que constituyen las Últimas Conversaciones. En la tarde del 30 de septiembre de 1897 muere con las palabras: «Dios mío, os amo».

La Historia de una alma o los Manuscritos Autobiográficos es el libro religioso más leído después de la Biblia en la Iglesia del siglo XX. Origen de innumerables vocaciones religiosas sacerdotales y religiosas, de muchas conversiones. Son importantes sus cartas, algunas poesías, teatrillos de veladas conventuales, oraciones. También están publicadas sus fotografías auténticas.

Es la santa más grande de los tiempos modernos según San Pío X. Pío XI la consideró la estrella de su pontificado. El la canonizó el 25 de mayo de 1925, proclamándola el 14 de diciembre de 1927 patrona universal de las Misiones. Con la bula Divini Amoris scientia el 19 de octubre de 1997 el Papa San Juan Pablo II la proclamó a Santa Teresa del Niño Jesús doctora de la Iglesia.