La fe cristiana llegó a Buenos Aires de la mano del conquistador, que a su vez venía a estas tierras con el mandato expreso de la Corona española de propagar la fe y convertir a los paganos. Pedro de Mendoza al llegar al Río de la Plata en 1536 desembarcó con 17 eclesiásticos: seis religiosos y once clérigos. Uno de ellos, el padre Juan Gabriel de Lezcano, según lo consigna su Información de Méritos y Servicios. En ella los declarantes afirman “Quel dicho Gabriel de Lezcano, desde que embarcó por el dicho año de treinta e cinco hasta agora, siempre tuvo cargo de oír confesiones e celebrar el culto divino en la mar, como es uso y costumbre y en la tierra, administrando los santos sacramentos e haciendo oficio de cura e predicando e declarando el Evangelio”. También llegó a crear una escuela –seguramente después del traslado a Asunción- en la cual “tomaba a los indios principales y a sus hijos y los tenía en su casa grande y allí les enseñaba a leer ya a escribir, y sabían el Padre Nuestro, el Ave María, el Credo y el Salve, los Mandamientos y finalmente la doctrina. Les hizo cánticos contra sus vicios para que no comieran carne humana, para que no se pintaran, para que no mataran…”
Mucha agua ha pasado bajo el puente en estos casi cinco siglos de presencia cristiana en Buenos Aires. Entretanto se han construido iglesias, capillas, monasterios y santuarios a raudales. En esta primera Guía Cultural, Las Iglesias de Buenos Aires. Cada una de ellas da cuenta de trascendentes hitos de la historia, anécdotas y personajes de la evangelización de la Iglesia Católica en la Capital de la Argentina.
Turistas, periodistas, profesores: úsenla para conocer la arquitectura y el arte religioso Porteño, para comprender el cómo, cuándo y por qué de la propagación de la fe católica, para interiorizarse de los desafíos de la Iglesia Católica Argentina, de las historias personales que hay detrás de cada templo. No se olvide que la ciudad habla