Irlandeses Católicos en Buenos Aires

A mediados del siglo XIX el éxodo de irlandeses, hasta entonces dirigido hacia Estados Unidos, reconoce un nuevo destino masivo: Argentina. Su magnitud genera el envío de un emisario del arzobispado de Dublin, el padre Anthony Dominic Fahy. Él organiza las capellanías de la grey irlandesa y fallece víctima de la fiebre amarilla en 1871. Bartolomé Mitre lo denominó el patriarca de los irlandeses en Argentina.

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Por otra parte James Kent Stone –sacerdote norteamericano protestante convertido al catolicismo–, compra en 1881 los terrenos de Caridad (hoy Urquiza) y Estados Unidos.

El predio de los irlandeses

El lugar estaba a 35 minutos de caminata del centro de la ciudad. Según las reglas de retiro de la congregación de pasionistas esa era la distancia adecuada. Pero ese entorno aislado tenia pobladores para quienes la misa de los domingos, cuando menos, era necesaria. Para empezar tuvieron una una pequeña capilla de madera con techo de zinc. Que también tenía las habitaciones para residencia provisoria de los religiosos. De esta manera esa humilde construcción se transforma en la primer iglesia de irlandeses en la Argentina.

El templo actual

Pero, la necesidad de expansión se inicia. Entonces el 4 de mayo de 1890 se coloca la piedra fundamental para la erección del templo que conocemos actualmente.

La comunidad irlandesa y los pasionistas dedican entonces sus esfuerzos a la construcción. El padre Constantine Colclough toma la decisión de que el templo pasionista debe ser similar a la Catedral de Saint Patrick en New York.

Por ese motivo se contacta con el ingeniero E. A. Merry, quien elabora diversos proyectos hasta que se selecciona el de estilo gótico inglés derivado del normando del siglo XIV (premiado en Londres). La contribución de la feligresía irlandesa cumple un papel fundamental en la financiación de los trabajos. Y sólo cuatro años después, en tiempo récord para la magnitud de la obra, el 11 de marzo de 1894, se inaugura la parroquia de la Santa Cruz.

Encabezados por el presidente de la Nación, Luis Sáenz Peña, una larga lista de autoridades y personalidades se hacen presentes en el acto que incluye la misa celebrada por monseñor Aneiros, arzobispo de Buenos Aires.