Parroquias

Santo Domingo a 214 años de un hecho heroico

El Convento de Santo Domingo, ubicado en Defensa y Belgrano está asociado a un hecho histórico ocurrido hace 214 años. Y también tiene su protagonismo en julio de 1807, cuando los ingleses intentar reconquistar Buenos Aires.

En el lapso en que Buenos Aires estuvo en manos inglesas, hubo un hecho importante. El 1° de julio de 1806 se prohibió la ceremonia del culto al Santísimo Sacramento.  En su libro Páginas Argentinas Ilustradas el historiador Jose M. Eizaguirre menciona  un acta escrita por los mayordomos del convento. La compartimos con ustedes:

«Con motivo de haber sido rendida esta plaza el día veintisiete de junio de mil ochocientos seis, a las armas de su majestad británica, del mando del general Mr. William Carr Beresford, se experimentó decadencia y cierta frialdad en el culto, por la prohibición de que se expusiese el Santísimo Sacramento en las funciones de la cofradía, que tuvo a bien mandar el ilustrísimo señor obispo de esta diócesis.»

«El domingo primero de julio no hubo más que una misa cantada, sin manifiesto. Habiendo concurrido a ella el capitán de navío de la real armada y caballero del Hábito de San Juan, Señor Don Santiago Liniers y Bremont, que ha manifestado siempre su devoción al Santísimo Rosario, se acongojó al ver que la función de aquel día no se hiciera con la solemnidad que se acostumbraba.»

«Entonces conmovido de su celo, pasó de la Iglesia a la celda prioral. Y encontrándose en ella con el reverendo padre maestro y prior, fray Gregorio Torres y el mayordomo primero, les aseguró que había hecho voto solemne a nuestra señora del Rosario (ofreciéndola las banderas que tomase a los enemigos), de ir a Montevideo a tratar con el señor gobernador sobre reconquistar esa ciudad.»

«Firmemente persuadido de que lo lograría, bajo tan alta protección. Después de muchos trabajos llegó a Montevideo. Allanando las dificultades con que se encontró, vino a la colonia del Sacramento. De allí bajo un temporal, a la punta de San Fernando de Buena Vista, donde hizo su desembarco el día 4 de agosto.»

«El 12 del mismo rindió a discreción a los enemigos, después de resistir el más furioso ataque. Y reconocido a los favores que le dispensó María Santísima del Rosario en todas sus acciones y en cumplimiento de su promesa, el día veinticuatro de dicho mes de agosto, obló, con una solemnísima función –salva triple de artillería- concurso de la Real audiencia, cabildo secular e ilustrísimo obispo –las cuatro banderas, dos del regimiento número setenta y uno, y dos de marino que tomó a los ingleses, confesando deberse toda la felicidad de las armas de nuestro amado soberano al singular y visible patrocinio de Nuestra Señora del Rosario o de las Victorias.»

«El reverendo padre maestro y prior pasó al Señor Liniers recibo de dichas cuatro banderas. Y al momento nos la entregó para que, como mayordomos, las colocásemos. Lo que se ha ejecutado en las cuatro ochavas de la media naranja sobre la cornisa de la Iglesia.»

«Cuya noticia ponemos aquí para que conste. Buenos Aires, a veinticinco de agosto, de mil ochocientos seis. – Firmado Francisco Antonio de Letamendi y Miguel de Escuti.”

El segundo intento

No conforme con esta derrota el ejército inglés volvió a intentar conquistar Buenos Aires a comienzos de 1807. Las columnas de los coroneles Denis Pack y Henry Cadogan intentaron marchar sobre la Plaza Mayor. Fueron rechazadas  por el Regimiento de los Patricios. Que estaban atrincherados en el Colegio de San Carlos (actuales Bolívar y Moreno).

Pack se retiró entonces a la iglesia Nuestra Señora del Rosario. Recupera y enarbola la bandera del regimiento 71. Cadogan, a su vez, busca refugio con los restos de la columna en la denominada “casa de la Virreina Vieja” (Peru y Belgrano). En esos dos bastiones los británicos se proponen resistir.

En Santo Domingo, Craufurd y Pack ofrecen desesperada resistencia, pero deben finalmente deponer las armas. El templo, acribillado a balazos, recibe también los impactos de los cañones emplazados en las calles y de las baterías del Fuerte. A este último desastre se suma también el fracaso del contingente británico que avanza por el flanco opuesto. Sus columnas, después de sufrir terribles pérdidas, se repliegan hacia Retiro, acosadas incesantemente por las tropas y el pueblo. Termina así la jornada del día 5 de Junio de 1807.

En la época de Juan Manuel de Rosas, don José María Iturriaga hizo retirar las balas verdaderas y como recuerdo colocó en su lugar tacos de madera que son los que hasta hoy se conservan.

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