Parroquia de San Ignacio de Loyola

Esta Iglesia, sería la más antigua de Buenos Aires, de no ser que hoy sólo se conserva de la estructura original la torre Sur y la fachada. Durante la primera gobernación de Buenos Aires, Hernando Arias de Saavedra (Hernandarias) logró de Felipe III que en 1608 llegaran los jesuitas a Buenos Aires. Edificaron en el cuarto Noreste de lo que es hoy la Plaza de Mayo la primera iglesia y colegio de Buenos Aires, ambos de adobe y techos de junco, método primitivo utilizado ya que la zona carecía de bosques para extraer madera y serranías para utilizar piedra. Nació bajo la advocación de Nuestra Señora de Loreto, pero en 1610, un año después de la beatificación de San Ignacio de Loyola, toma su nombre.

En 1659 una Cédula Real ordenó al nuevo Gobernador don Alonso Mercado y Villacorta “pusiese a la Plaza Mayor en el mejor estado de defensa”. El 20 de mayo de 1661 Alonso ordenó la mudanza del Colegio de la Compañía de Jesús. Es así como el 25 de mayo de ese año, los religiosos dejan el lugar luego de más de 50 años de permanencia. Ese año Doña Isabel Caravajal, viuda de Gonzalo Martel de Guzmán, dona a la Compañía de Jesús el solar delimitado por las actuales calles Perú, Moreno, Alsina y Bolívar. Allí se construyó con el aporte de tres mil pesos por parte de la Real Hacienda, el templo de madera y de adobe, terminándolo en 1675.

En 1686, con el producido de los primeros hornos de ladrillos en Buenos Aires, comenzaron a levantarse la torre Sur y los muros del frente del convento que aun hoy se conservan. El arquitecto y doctor en historia de la arquitectura, Roberto Levinton afirma lo siguiente en una nota realizada para la revista Contratiempo:

La iglesia de San Ignacio de Buenos Aires guarda todavía muchas incógnitas para los investigadores. No se ha encontrado documentación sobre los trabajos realizados en el siglo XVII –salvo los comentarios del Padre Sepp- y tampoco ha quedado totalmente aclarado el proceso constructivo del siglo XVIII. ¿Hasta dónde intervino el hermano Kraus? ¿Cómo se dividieron su participación los hermanos Prímoli y Bianchi? ¿Qué rol tuvieron los hermanos Wolff y Weger?

Colegio Nacional de Buenos Aires

Al lado de la iglesia, sobre la actual calle Bolívar, los jesuitas construyeron el Colegio San Ignacio o Colegio Grande, llamado Real Colegio de San Carlos (en honor a Carlos III). El 3 de noviembre de 1783, el Virrey Juan José Vértiz y Salcedo le impone el nombre de «Real Convictorio Carolingio» y más tarde, en 1863, Colegio Nacional Buenos Aires.

Manzana de las Luces y San Ignacio de Loyola

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Grabado de la Manzana de las Luces con la iglesia de San Ignacio

En 1710 el superior de la compañía encarga a Juan Krauss la construcción de lo que hoy conocemos como la Manzana Jesuítica. Entre 1726 y 1729 (no hay datos ciertos) se comenzó a reconstruir la Iglesia y el 7 de octubre de 1734 es inaugurada sin terminar. La construcción fue dirigida por el propio Krauss hasta 1714.

Luego continuó el maestro carpintero Juan Wolf hasta 1720. Entre 1723 y 1730 los coautores fueron los arquitectos jesuitas Andrés Blanqui y Juan Bautista Prímoli y el maestro de herrería Pedro Weger estuvo a cargo de 1731 al 33. La iglesia es consagrada una vez terminada, el 7 de octubre 1734 por el obispo de Asunción del Paraguay don Fray José Palos.

En la madrugada del 3 de junio de 1767 cumpliendo con el Decreto Real de Carlos III: “se extrañe de mis dominios de España, Indias, Islas Filipinas y demás adyacentes, a los religiosos de la Compañía de Jesús”, el Gobernador Francisco de Paula Bucarelli y Ursúa dispone que tropas invadan los claustros a fin de apresar a los religiosos sin darles «lugar a otro movimiento que el de sujetarse rendidos y pasmados del impensable golpe», según el informe que se eleva.

Los bienes pasaron a ser administrados por la Junta de Temporalidades y el templo permaneció cerrado por tres años. Entre 1775 y 1791 San Ignacio funciona como catedral provisoria por las obras de reparación que necesitaba la iglesia principal de la ciudad.

Hechos Históricos en San Ignacio de Loyola

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Retablo Mayor de San Ignacio

El 31 de diciembre de 1806 se celebra en San Ignacio una misa de acción de gracias por la Reconquista de la ciudad, con la presencia del Cabildo y otras autoridades. En 1807 las tropas invasoras inglesas intentan tomar el templo, como habían hecho con otros de la ciudad, pero son rechazados por los defensores. Terminada la defensa, se celebraron, allí, unas solemnes exequias por los muertos.

Durante 1811 fue escenario de la sublevación del Regimiento Patricios hecho que se conoce como Motín de Las Trenzas. En San Ignacio se reunieron los cabildos abiertos de 1816 y 1820.

En 1821 se realiza la inauguración de la Universidad de Buenos Aires. El 12 de octubre de ese año, Juan José Castelli recibió sepultura en el templo frente al altar de San Judas Tadeo. Y dos años después se crea la Sociedad de Beneficencia que hasta 1830 entregó los premios a la Virtud.

En 1823 vuelve a ser Catedral provisional y en 1830 comenzó a funcionar como parroquia al haberse dividido la de Catedral en Catedral Norte y Catedral Sur. Regresan los jesuitas a Buenos Aires en 1836 y son nuevamente expulsados en 1843.

Durante ese período ocuparon esta Iglesia, compartiendo las dependencias con el Obispo y con la Curia Eclesiástica que se encontraban allí por el mal estado del edificio de la Catedral. El 21 de mayo de 1942 la iglesia fue declarada Monumento Histórico Nacional por decreto 120.412

El Padre Francisco Baigorria creó la Cantoría San Ignacio de Loyola en agosto de 2013 bajo la dirección del Mtro. Fernando Sanz. Tiene como objetivo servir a la liturgia, especialmente en las misas dominicales. Su repertorio consiste en canto sagrado Gregoriano y canto religioso popular. Durante los ensayos, el Mtro. Sanz pone especial énfasis en formar al grupo en técnica vocal, ya que la Cantoría está abierta a recibir cantantes no profesionales.

Intolerancias

A comienzos de 1875 la ciudad, que se recuperaba de la fiebre amarilla que la había devastado, se encontraba en un estado de agitación provocada por las objeciones a los retornantes jesuitas. El detonante fue la intención de devolverles la Iglesia de San Ignacio. El movimiento anticlerical era fogoneado por varios periódicos. Un ejemplo es lo que se leía en La Tribuna: “Una tolerancia indebida ha permitido a los jesuitas levantar en medio de Buenos Aires un gran colegio y un templo…” El domingo 28 de febrero, con una reunión en el teatro Variedades comenzó el drama. Y tras las arengas, después de apedrear la Catedral y la Iglesia de San Ignacio los estudiantes agrupados en el Club Universitario marcharon al grito “Al Colegio del Salvador” y ante la falta de acción de la policía, aprovecharon la zona liberada para atacar, saquear e incendiar el Colegio, al tiempo que huían despavoridos los sacerdotes, algunos de los cuales se refugiaron en el Hospital Irlandés. Hasta las hostias consagradas fueron esparcidas entre los escombros.

El 16 de junio de 1955 varias iglesias del centro porteño sufrieron incendios intencionales. En esa ocasión varias imágenes originales se quemaron y diversos objetos fueron saqueados. Aquel día, al quemarse el despacho parroquial, desaparecieron valiosos archivos de la Compañía de Jesús.

Recuperación edilicia

En 1993 la Dirección Nacional de Arquitectura organizó una fiesta, según decía la invitación, para celebrar el final de la restauración de la parroquia. Donde se habían invertido más de 270 mil dólares para repararla. Lo cierto es que ese reacondicionamiento fue un fiasco porque la estructura del edificio comenzó a deteriorarse según lo menciona un informe del Centro de Arqueología Urbana del año 2008.

Hugo Duarte (cuya familia va por la quinta generación de relojeros), fue quien instó un nuevo reloj en la torre de la iglesia.

En julio de 2012 se concluyeron las obras de recuperación del templo que fueron iniciadas en 2009. Los trabajos de restauración se hicieron respetando el estilo original y fueron ejecutados y financiados por la secretaría de Obras Públicas, que depende del ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios a través de la Dirección Nacional de Arquitectura.

El 20 de setiembre de 2012 el diario Clarín publico una nota sobre trabajos de arqueología realizados en el templo aquí algunos fragmentos:

A nosotros nos convocó el Ministerio de Desarrollo Urbano dentro del proyecto de remodelación de esa zona del Casco Histórico. Como parte de esos trabajos, que tienen además la intención de reconstruir el atrio de San Ignacio, nos pidieron con buen tino que hiciéramos una exploración en la vereda de la Iglesia, en Bolívar y Alsina. Sabían que podía haber restos de cimientos de una construcción que ocupaba el lugar donde ahora está el colegio Nacional de Buenos Aires. Eso fue a partir de fotos históricas y planos, y lo que finalmente se comprobó: debajo de las veredas, encontramos cimientos de piedras de un anexo del templo. Y también otros objetos que del siglo XVII y XVIII»

Le contó al matutino Clarín la arqueóloga Ana Igareta, directora operativa de los trabajos.

Los Retablos en San Ignacio de Loyola

El tallista vasco Isidro Lorea es autor de muchos de los retablos que posee esta parroquia. No he encontrado muchos datos de él. Lo certero es que murió defendiendo la ciudad frente al invasor ingles en 1806. Pero poco se sabe de su formación en ese oficio. En 1772 integraba la cofradía de vascos fundada en la iglesia de San Francisco bajo el título de Nuestra Señora de Aránzazu, en algunas de cuyas actas consta su firma.

El Retablo Mayor

En el retablo de San Ignacio, a diferencia de lo que suele ocurrir en obras contemporáneas de Perú y México, el ornamento no avanza sobre la estructura, es decir que el efecto producido es el de enriquecer visualmente el conjunto, pero sometiéndose a las directrices de la composición, sin convertirse en un principio organizador en sí. En el cuerpo la ornamentación principal se concentra en las columnas, de aproximadamente 50 centímetros de diámetro y construidas por el ensamblado de tablas de unas dos pulgadas de espesor y 12 cm. de ancho en torno a una base octogonal.

Los motivos vegetales estilizados son planos y están trabajados en oro brillante, mientras que la superficie de fondo presenta un trabajo de acanaladuras ondulantes paralelas de dirección sinuosa hechas a gubia y que cubren todo el fuste. Esta decoración irregular y de poca profundidad, fue hecha antes de dar base, bol y oro a las columnas.

El nicho principal estaba ocupado por el titular de la iglesia y fundador de la orden, San Ignacio, mientras que en las calles laterales se disponían San Francisco de Borja, general jesuita que cumpliera un papel importante en la institucionalización de la orden mediante la creación de colegios y el envío de misioneros a América y San Francisco de Regis, misionero en Francia. Ambas imágenes eran de vestir y fueron destruidas en el siglo XX. El San Ignacio estaba cubierto por un lienzo corredizo que representaba al mismo santo, obra del pintor valenciano Miguel Ausell, y fue trasladado a un nicho en el ático cuando se estableció en la iglesia la cofradía de catalanes y la Virgen de Montserrat donada por el farmacéutico Francisco Marull ocupó el espacio de honor, se halla ahora en una de las calles laterales del cuerpo principal del retablo.

Retablo de Santiago Apóstol

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Construido por Juan Antonio Gaspar Hernández (1750-1821). Es de madera tallada, pintada y dorada, y fue hecho en Buenos Aires a fines del siglo XVIII. Erigido en honor al Apóstol evangelizador de Galicia por la comunidad gallega avecindada en Buenos Aires, Predominan los elementos referidos al Santo Patrono de España: bordón y calabaza, esclavinas con veneras, zurrón, mitra, tiara, báculo, corona y cetro, y predominan los temas referentes al triunfo cristiano sobre los moros: armaduras, cascos, capacetes, turbantes, arcos, flechas, espadas y alfanjes.

Culmina en el ático con un gran panel central con el escudo de Galicia y dos elementos en forma de pirámide con la estrella compostelana de ocho puntas. Es el Patrono de España, y la Fiesta se celebra el 25 de Julio. La escultura de bulto fue realizada por José Ferreiro, en Santiago de Compostela, en 1760. Es también de madera tallada, policromada y dorada.

Debajo, detrás de un vidrio se encuentra Nuestra Señora del Carmen. Esta advocación tiene su origen en 1251. El 16 de julio, San Simón Stock, Prior General del Carmelo, acude a la Madre de Dios, quién se le aparece, vestida del hábito del Carmelo y del escapulario de la Orden. La Imagen representa a la Santísima Virgen y al Niño Jesús entregando el escapulario, dos trozos de tela con las imágenes de Nuestra Señora del Monte Carmelo y del Sagrado Corazón. El Escapulario del Carmen lleva también consigo el llamado Privilegio Sabatino que “los libraría del Purgatorio el primer sábado después de su muerte”. El Escapulario del Carmen representa el compromiso de seguir a Jesús como lo hizo María. La Fiesta es celebrada el 16 de Julio, día en que se realiza la Imposición del Escapulario y la Consagración.

El escultor catalán Domènec Talarn i Ribot fue quien en 1889 realizó en madera tallada y policromada las dos repisas laterales. A la izquierda está la imagen de San Buenaventura de Viterbo. Este teólogo franciscano, llamado Doctor Seráfico, fue amigo de Santo Tomás de Aquino y uno de los grandes pensadores medievales, de quien se dice cultivó la teología del amor. Se lo presenta con birrete doctoral en actitud de escribir el libro que sostiene. Viste roquete y capa magna morada sobre túnica marrón de la orden. La Fiesta se celebra el 15 de Julio.

A la derecha encontramos a San Antonino de Florencia. Escultura del santo de la Orden de los Predicadores elevado por el Papa Eugenio IV a la dignidad de arzobispo de Florencia; se distinguió por su sabiduría y caridad. Se lo presenta con los ornamentos arzobispales. La Fiesta se celebra el 10 de mayo.

Retablo de Nuestra Señora de los Dolores

Isidro Lorea (1740-1807) Madera tallada, pintada y dorada, Buenos Aires, s. XVIII. De estilo barroco. A ambos lados, paneles con castillos y torres aluden a la virtud de la Fortaleza de María al morir Jesús en la Cruz. El plano central está ocupado por hornacina con un gran círculo irradiante en el fondo, y pares de columnas corintias a los lados. En el ático, importante coronamiento, y un pleno frontal con candelero sobre nubes con un cirio cuya luz, materializada en rayos, simboliza a Cristo Luz del mundo. En este Retablo se venera a:

Imagen de Nuestra Señora de los Dolores: Madera tallada y policromada, 155 cm, España, s. XIX. Imagen de vestir, es una devoción que recuerda los sufrimientos de María al pie de la Cruz. La Santísima Virgen presenta vestimentas negras, un pañuelo para secar sus lágrimas, y su Corazón atravesado por una espada alude a la profecía del anciano Simeón en la Presentación de Niño Jesús en el Templo: “…a ti una espada te atravesará el corazón” (Lc 2:35). La Fiesta se celebra el 15 de setiembre.

Sagrario

En este Retablo se reserva el Santísimo Sacramento lo que lo hace un lugar especialmente dedicado a la oración y al encuentro personal con Jesús Sacramentado. Invitamos a la oración y rogamos la debida reverencia.

A la derecha del Retablo hay dos bajorrelieves de un conjunto de cuatro ubicados a ambos lados, de mármol de Carrara blanco y marcos grises del mismo material, Italia, S. XVIII, con representaciones de la vida de Cristo: La Resurrección de Cristo, Jesús asciende mientras los guardias se sorprenden y atemorizan, se aprecian arriba a la izquierda las tres cruces de la montaña del Calvario; La Piedad, Cristo en el regazo de la Virgen, al fondo el Gólgota con las tres cruces y la Ciudad de Jerusalén, y en primer plano los atributos de la Pasión, corona de espinas, clavos, tenazas, martillo y la calavera de Adán.

Órgano de San Ignacio de Loyola

El órgano que podemos ver en la iglesia actualmente fue construido durante la década de 1880 pero se le hizo una reforma en 1906. El instrumento original era un «Giovanni Tonoli» con un solo manual y un teclado de pedal reducido. Muchos de los tubos del actual primer manual corresponden a los del instrumento original. Luego, en 1906 el organero Donato Sangaletti usó materiales comprados a la casa Locatelli de Italia para llevar adelante la reforma del órgano: se cambió la consola y se le agregó un segundo manual. El sistema mecánico que podemos encontrar actualmente también corresponde a Locatelli.

La fachada es de estilo Veneciano y probablemente más antigua que el órgano propiamente dicho. Suponemos que fue construida en la primera parte del siglo XIX.

Es importante mencionar que antes del órgano Tonoli había en esta iglesia un instrumento de origen español del constructor Felipe Portell, instalado en 1859 y desmontado antes de la construcción del actual órgano. Muchos de los tubos de aquel órgano fueron usados probablemente para construir otro órgano en Buenos Aires (algunos de ellos los podemos encontrar en la Iglesia de San Nicolás de los Arroyos).

El camino antártico a Santiago de Compostela

En 2018 la parroquia San Ignacio de Loyola fue designada como un «paso» del camino antártico a Santiago de Compostela». El sábado 8 de septiembre a las 11.30 fue entronizado y bendecido en el atrio de la iglesia un cruceiro de piedra traído de Galicia, España.

La pieza fue realizada en la cantería de Manuel Collazo Torres, en el ayuntamiento de Vilaboa de la provincia de Pontevedra y fue donada por la Corporación Bancaria Abanca y la Obra Social Ospaña y con el apoyo de la Embajada de España en la Argentina. Con más de dos toneladas de peso y cinco metros de altura, desde ahora el cruceiro marca una de las etapas centrales de la ruta Jacobea Antártica, que parte de la ciudad austral de Ushuaia para finalizar en Santiago de Compostela.

El llamado “Camino Blanco” es el camino antártico que une la Isla Decepción con Santiago de Compostela. Con la Campaña Antártica 2015/2016, se impulsó el “Proyecto Jacobeo”, con el objetivo de abrir una vía desde la Antártida a Santiago de Compostela, centrado en tres puntos llave: la Base Gabriel de Castilla, Ushuaia y Buenos Aires. El buque Bio Hespérides de la Armada española transportó el monumento desde España hasta la Argentina.

La elección de la parroquia San Ignacio de Loyola de Buenos Aires se debe a que es la que acoge cada año la celebración del Día de Santiago en Buenos Aires. Además, el templo cuenta con un retablo dedicado al Apóstol

Museo

El 31 de Julio de 2001 comenzó a funcionar un pequeño museo y centro de arte, que abre al público el sábado con visitas guiadas que salen desde Perú 272, sede de la Manzana de las Luces. allí se exhiben 12 imágenes y objetos religiosos que datan de 1750-1850. También se muestran 17 pinturas donadas por los artistas plásticos Guillermo Roux, Marta Minujín y Luís Felipe Noé, entre otros.

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