Parroquia Nuestra Señora de la Consolación

Nuestra Señora de la Consolación está a cargo de la Orden de Agustinos Recoletos. Allí reside la Vicaría Argentina de la Provincia de Santo Tomás de Villanueva de la Orden.

La parroquia Nuestra Señora de la Consolación tuvo su decreto de erección el 12 de octubre de 1928 y fue firmado por Monseñor Botaro en ese momento se denominaba Mater Consolationis. En ese momento la Congregación compró dos propiedades donde hoy se alza la iglesia. En un principio adaptaron una como capilla y la otra como casa parroquial.

El templo actual fue construido mucho después por León Valli. Sus dimensiones 47 metros de largo por 17 de ancho y 11 de alto. La primera piedra fue bendecida por el Cardenal Santiago Luis Copello el 16 de septiembre de 1939 y pudo ser bendecido por el mismo cardenal Copello el 10 de mayo de 1941.

Es de un estilo neo-románico ecléctico (las líneas generales son neo-románicas aunque con mezcla de otros estilos, de allí su “eclecticismo”). Son de destacar su imponente campanario y su portal principal, ambos simples pero impactantes. El magnífico edificio se destaca, desde lejos en una zona plena de comercios. Tiene en total treinta y cinco vitrales, todos ellos realizados en los talleres de la casa Estruch, de Buenos Aires. Algunos de ellos reproducen lugares sagrados o figuran personas –por ejemplo imágenes de María o de algún santo– con los respectivos atributos iconográficos que los caracterizan, otros presentan escenas (por ejemplo de la vida de algún santo), otros son simbólicos (representan simbólicamente algún misterio o verdad de nuestra fe) y algunos, por último, tienen un objetivo meramente funcional o decorativo (por ejemplo permitir que pase la luz y así brindar luminosidad al espacio sagrado.

En la parte superior de cada uno de ellos puede verse los mismos símbolos que adornan el campo del escudo agustino: El corazón en llamas y atravesado por una flecha evoca aquella famosa frase de San Agustín: «Fecisti nos, Domine, ad Te et inquietum est cor nostrum, donec requiescat in Te»: «Nos creaste, Señor, para Ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descansa en Ti«.

Los Altares en Nuestra Señora de la Consolación

Nuestra Señora de la Consolación
Nuestra Señora de la Consolación Retablo Mayor

Al enfrentarnos al Altar mayor, destaca el retablo, tanto por su diseño, sus proporciones y por las obras artísticas que nos presenta. En realidad, habría que decir que todo en él fue concebido como digno marco y del conjunto escultórico que representa a la Virgen de la Consolación, San Agustín y Santa Mónica (ambos de rodillas ante la Santísima Virgen, recibiendo de ella la correa agustiniana). Se trata de tres tallas en madera de tamaño mucho mayor que el natural , estucadas y policromadas . Los ojos de las figuras, hechos de cascarón de cristal, dan un particular realismo a las obras. El grupo fue encargado en 1928 a la Casa Feliú de Barcelona.

El retablo en sí, es una obra de exquisita hechura; el mismo fue construido por la casa Mahlknecht (perteneciente en aquel entonces a los hermanos Augusto, Vigil y Leo Mahlknecht provenientes del Tirol. Realizado en mármoles de varios colores que son el marco cromático ideal para el conjunto escultórico. El Retablo del altar mayor fue construido entre los años 1949 y 1950. En su cuerpo inferior cuenta con ocho nichos con sus respectivas imágenes: dos policromadas (S. Ezequiel Moreno y Sta. Magdalena de Nagasaki) y seis en madera al natural . Las imágenes realizadas en madera al natural representan a santos relacionados a la Orden. A la izquierda del Sagrario se encuentran: San Posidio (monje agustino que convivió más de cuarenta años con S. Agustín y fue su primer biógrafo).

En el remate del retablo, el tímpano triangular está decorado con un mosaico veneciano que representa a Cristo Rey adorado por dos ángeles; un poco más abajo, y también en la misma técnica, están representados los escudos de la Orden (izquierda) y de la Provincia (derecha). Coronando el remate aparecen, además de una cruz aureolada cuatro figuras, todas ellas esculpidas en mármol. Las figuras representan a los “cuatro seres alados” mencionados por el libro del Apocalipsis: un león, un toro, un águila y un ser con rostro de hombre, que la tradición cristiana ha identificado con los cuatro evangelistas (Marcos, Lucas, Juan y Mateo respectivamente).

Sobre los Agustinos Recoletos

El Papa S. Pío X (quien en 1912 declaró a la Recolección Agustiniana como Orden autónoma respecto a la Orden de San Agustín). Santo Tomás de Villanueva, religioso agustino que vivió entre 1486 y 1555, y fue Arzobispo de Valencia desde 1544, insigne por su amor a los pobre y patrono de nuestra provincia religiosa.

A la derecha del sagrario están representados San Ambrosio de Milán (S. IV) obispo que bautizó a San Agustín; San Gelasio Papa (s. V) cuyas obras están fuertemente inspiradas en la teología agustiniana (se le ha denominado “Agustín abreviado”), hasta el punto que durante mucho tiempo se lo consideró “monje agustino” y San Alipio, obispo de Tagaste, amigo de la infancia de san Agustín y compañero de vida monástica. Originalmente las seis imágenes estaban tallada en madera de quebracho blanco y eran obra de Leo Moroder, al ser robada la imagen de San Ambrosio, la misma fue reemplazada por una copia realizada por el José Zerovnik (quien es autor además de las imágenes de San Ezequiel y Sta. Magdalena de Nagasaki).

Cambios en el templo

En el año 1976 se llevaron a la práctica las reformas litúrgicas propiciadas por el Concilio Vaticano II y para ello se separó la mesa del altar del conjunto que formaba con el Sagrario, el cual fue quitado. En el año 2004 se quiso restablecer el Tabernáculo –valiosa pieza de ónix y bronce realizado en 1948– a su lugar original. Para esta obra se Convocó al Arquitecto Julio Infante, profesor de Arquitectura Religiosa y director del “Estudio Integral de Arte y Arquitectura Religiosa”. Bajo su dirección y de acuerdo a su proyecto, la firma Mahlknecht Hnos. (continuadores de la obra de Leo, Augusto y Vigil Mahlknecht), realizó la obra de restauración y reposición del Sagrario

En 2010 se llevaron adelante obras de restauración de las imágenes de alto valor artístico, fueron confiadas a los restauradores Isabel Carnero, Margarita Martinez Zubiría, Moises Mestre y María Isabel Zamora. Además, la Vicaría en la Argentina decidió renovar la iluminación de la imagen con luces frías de LED para contribuir en mejor medida a la conservación de los frescos de la custodia de la Virgen. Sobre todo, se ha procurado realzar la imagen de Nuestra Señora del Consuelo para despertar en los fieles que visitan la Parroquia la devoción al rezo del Santo Rosario, tal como lo vienen haciendo diariamente varios miembros de la comunidad.

También es de destacar el altar dedicado a la Virgen del Milagro

Las capillas de Nuestra Señora de la Consolación

La capilla lateral izquierda está dedicada al Sagrado Corazón de Jesús y contiene una talla de Moroder; la Capilla lateral derecha está dedicada a San José. Los altares de ambas capillas son exactamente simétricos tanto en su posición como en su forma y son obra de Mahlkneccht. Las balaustradas que cierran la capilla del Sagrado Corazón así como la de San José, junto con las puertas de bronce florentino que permiten el acceso a esta última provienen del antiguo comulgatorio (de allí los símbolos eucarísticos que se encuentran en las puertas y en sus dinteles). El trabajo en mármol es obra de O. Gabrielli Barsanti, y las puertas de bronce fueron hechas por la Orfebrería Mahlknecht.

Los altares de las naves laterales son todos obra de la misma casa y fueron realizados en diferentes fechas. Destacan por la finura de su hechura, el colorido y la combinación de sus mármoles, las inscripciones alusivas y los detalles que los hermosean y aluden al misterio o a la persona a la que están dedicados. 

Comenzando por la izquierda el altar del brazo izquierdo del crucero el altar (realizado en 1945) están dedicado a San Nicolás de Tolentino, santo agustino que vivió entre 1245 y 1305. Además de ser el primer agustino canonizado, es considerado el patrón de las almas del Purgatorio; en la parte superior de dicho altar el santo está representado en un sobre relieve de estuco policromado, celebrando misa por las almas del purgatorio y bajo la mesa del altar está representado yacente esculpido en el mismo mármol.

En la nave lateral izquierda los altares están dedicados a N. S. de Fátima y al Misterio de la Crucifixión. La imagen de N. S. de Fátima que se venera en su correspondiente altar es réplica de la que se venera en Portugal y fue enviada por el obispo de Leiría. Debajo de la mesa del altar aparece esculpida en mármol de Carrara el misterio de la anunciación del Ángel a María. El altar del Calvario fue realizado en mayo de 1956 y además del Crucificado presenta las imágenes de María y San Juan al pie de la Cruz.

En el brazo derecho del crucero se encuentra un altar dedicado al Cristo del Milagro de Salta realizado en 1941, cuya imagen es una réplica apenas 30 centímetros más pequeña que la que se venera en la ciudad de Salta. Los altares de la nave lateral derecha están dedicados respectivamente a Santa Rita de Casia (1955), flanqueada por frisos de rosas, debajo de la mesa está esculpido en mármol de carrera el escudo de la Orden de Agustinos Recoletos. El altar del Nazareno (1965) presenta una imagen que es réplica de una antigua talla española que se venera en la catedral metropolitana de Buenos Aires. El altar de N. S. de Luján es obra personal de Leo Mahlknecht y es de singular belleza.

El órgano de tubos

Es una de las piezas más valiosas del templo y reúne características que lo hacen único en la Ciudad y el país. El órgano de Nuestra Señora de la Consolación fue fabricado en 1943 por la casa Poggi, y podemos decir que es “el primero en su especie”. Efectivamente, la casa Poggi abrió sus talleres de fabricación de órganos litúrgicos en 1867 bajo la supervisión de la Universidad Nacional de Cuyo cuya escuela de organería fundó el Maestro Julio Perceval (quien fue rector de esa Alta Casa de estudios).

Probablemente, la principal particularidad del órgano de la parroquia de N. S. de la Consolación es que es el primero de todo el país en el que para su funcionamiento se aplicó un sistema electroneumático (el segundo órgano de este tipo se instaló en la Iglesia del Patrocinio de San José de Buenos Aires). El órgano une al sistema neumático clásico (de fuelle) un equipo electromagnético en que a través de un conjunto de pistones accionados electrónicamente se conduce el aire, el cual, al pasar por los tubos, produce el sonido.

Mas peculiaridades

Otra peculiaridad del órgano de Consolación es que se trata de un órgano “unit multiplex” (sistema inventado en la década de 1930). Gracias a este sistema se puede aumentar la cantidad de registros sonoros, permitiendo que un órgano como el nuestro, con filas de 60 o 70 tubos pueda alcanzar los registros correspondientes a aproximadamente 170 tubos. Teniendo en cuenta los tubos que el órgano efectivamente tiene, y gracias a este sistema, se alcanzan sonidos que corresponderían a un órgano de 1000 tubos (cuando en realidad tiene aproximadamente unos 200).

Cabe señalar que este órgano, fabricado en Argentina, y por argentinos, en 2005 fue restaurado artesanalmente en nuestro país bajo la dirección del Maestro Enrique Rimoldi, organista de la Catedral de Buenos Aires. Para la restauración se utilizaron materiales fabricados artesanalmente . El órgano de la Consolación es pues, un órgano fabricado en Argentina, con materiales nacionales y restaurado por argentinos y con materiales de nuestra tierra.

Acerca de Nuestra Señora de la Consolación

Al menos desde el siglo XVII, “Madre de Consolación” o “Madre de la Correa” es el título principal con que la Orden agustiniana honra a la Virgen. En 1439 obtuvo la facultad de erigir para los laicos la “cofradía de la cintura”. Una antigua leyenda, nacida en el seno de la Orden, narraba que la Virgen se había aparecido a santa Mónica, afligida por la suerte de Agustín, consolándola y dándole una correa, la misma con que después se habrían de ceñir Agustín y sus frailes.

De ordinario, la iconografía representa a la Virgen y al Niño en el acto de entregar sendas correas, respectivamente, a santa Mónica y a san Agustín. En 1495 surgió en la iglesia agustiniana de Bolonia la cofradía de “Santa María de la Consolación”. En 1575 ambas cofradías se fusionaron en una única archicofradía de la Correa, a la que los papas enriquecieron con abundancia de indulgencias. La protección de Nuestra Señora de la Consolación nos dará serenidad y consuelo en las pruebas para poder también nosotros consolar a nuestros hermanos.