Nuestra Señora de Belen y Parroquia San Pedro Telmo

Durante los siglos XVII y XVIII Buenos Aires comenzó a expandirse y a poblar los barrios del Sur, San Telmo comenzó a llamarse como el Alto de San Pedro. Debido a su posición más elevada. Se llegaba cruzando el Arroyo Tercero del Sur (hoy pasaje San Lorenzo), límite Sur entre la ciudad y el arrabal.

Conocido también como «barrio del puerto», fue testigo en 1600 de la aparición del culto a San Pedro González Telmo. Designado, entonces, patrono del viejo Convento de Santo Domingo.

La gente que llegaba hasta el lugar a descansar eran trabajadores. Llegaban con sus carretas para hacer un alto en el puerto. Algunos historiadores, basados en esta situación, afirman que el paraje era conocido con el nombre de «Hueco del Alto o Alto de las Carretas». Lo cierto es que los vecinos tomaron como patrono a San Pedro González Telmo. Un sacerdote que se dedicó a predicar el Evangelio entre los navegantes y pescadores de Galicia y Portugal.

El arroyo en época de lluvia impedía el traslado de los fieles a la iglesia más cercana. Por tal motivo el español Ignacio Bustillo y Zevallos en 1734 dona las tierras, para construir:

en el Alto de San Pedro, arrabal de esta ciudad, una casa de la Compañía de Jesús para que, en cumplimiento de su loable Instituto, se emplease en beneficio espiritual de la mucha gente que lo puebla

Nuestra Señora de Belén

belen

Es el propio Bustillo y Zevallos, que trae la réplica de un cuadro de la virgen Nuestra Señora de Belén que se veneraba en el Hospital de San Juan de Dios, de Madrid. Es él quien comienza los trámites para lograr instalar allí una capellanía. La autorización Real para ello llega el 17 de diciembre de 1748.

El obispo Fray Juan de Arregui dispuso que se alquilase una casa donde se preparó una Capilla y varios aposentos para los sacerdotes.

La construcción comenzó sobre un proyecto del arquitecto jesuita Andrea Giovanni Bianchi. Colaboraron con él los hermanos Juan Bautista Prímoli y José Schmidt. La finalización de la obra la hizo el arquitecto italiano Antonio Másella. Él fue quien, en 1760, construyó la Casa de Ejercicios Espirituales para hombres en el lado Oeste de la iglesia. Esta obra se llevó a cabo gracias de una donación de Melchor García de Tagle. Esta Casa complementaba la similar de mujeres bajo la advocación de Nuestra Señora del Buen Consejo. La que estaba construida en las actuales calles Perú y Alsina frente a la Manzana de las Luces.

La expulsión de los jesuitas

En la noche del 2 al 3 de julio de 1767, en cumplimiento de la Real Orden de expulsión, el Gobernador Francisco de Paula Bucarelli y Ursúa apresa y encierra ahí a los 42 padres jesuitas que había en su jurisdicción. Para entonces los religiosos tenían en su complejo de Nuestra Señora de Belén, una Casa de Ejercicios Espirituales, un colegio de primeras letras, un convento, un cementerio y estaba a medio terminar la iglesia de Nuestra Señora de Belén. Solo faltaba su cúpula central. Esta se terminó en 1858. La realizó el constructor italiano José Della Valle. Su párroco era Juan Antonio Martínez, que falleció durante la epidemia de cólera ese año.

Además habían comprado a Juan Conde, el 18 de mayo de 1767, el terreno donde hoy está la plaza Dorrego. Conde se lo había adquirido, el 14 de septiembre de 1758, al matrimonio formado por Pedro López Camelo y María de Ballesteros. Todos estos bienes pasaron a ser administrados por la Junta de Temporalidades. Dos años más tarde la zona quedó bajo la dependencia de la parroquia de la Inmaculada Concepción.

El conjunto adoptó el nombre de «La Residencia».  Se extendería luego al barrio y a la plaza del Alto. Residencia es el término que utilizan los jesuitas para denominar a sus establecimientos. En otras órdenes se los llama monasterios.

Llegan los Betlehemitas a San Pedro Telmo

En 1785 los padres Betlehemitas se hicieron cargo del templo. Trasladaron allí al Colegio de los Jesuitas Expulsos (también llamado Colegio de Belén). Y su hospital. bajo el nombre de Hospital de Belén, con 200 camas en su apertura.

La casa de Ejercicios comenzó a ser usada como cárcel (hoy funciona allí el Museo Penitenciario). En 1805 el Alto de San Pedro Telmo estaba habitado por patrones de lancha y carpinteros de ribera. Ya que paralelo a su costa existía un canal o brazo del Riachuelo, conocido como «el Brazo del Trajinista». Que tenía escasa profundidad. Usándose de fondeadero para la reparación de buques y amarre de embarcaciones pequeñas.

Los vecinos juntaron firmas para solicitar la división del curato de la Concepción. Y para que se estableciera otro con sede en la inconclusa iglesia de Belén, en el nombre y la advocación del glorioso San Pedro González Telmo, protector de los navegantes. El último Obispo de la época colonial, monseñor Benito de Lué y Riega, accedió al pedido. Creó la parroquia San Pedro González Telmo, como reza en los mosaicos conmemorativos bajo la estatua del Santo en el atrio. Estableció allí su sede en la iglesia jesuítica de Nuestra Señora de Belén hasta tanto se erigiera el templo cabecera, cosa que nunca se realizó.

La iglesia se concluyó en 1876. La costumbre ha hecho ignorar su verdadera denominación perpetuando en cambio la de San Telmo.

La imagen que vemos en la foto de la izquierda, se encontraba en Nuestra Señora de la Concepción (Independencia y Tacuarí). Al ordenar erigir la parroquia Lué y Riega la mandó trasladar allí. Se trata de una imagen de vestir articulada con cabeza y mano de yeso policromado. Viste el hábito dominico y, en su mano, se observa una vela y un barco. La misma fue restaurada en abril de 1995.

Fachada de la Parroquia San Pedro Telmo

Imagen de San Pedro Telmo – Foto: Fernando Luna Demestri

La fachada la transformó íntegramente Pelayo Sanz en 1931. Tomó un diseño neocolonial. El acceso es a través de escaleras de mármol. Está separada de la vereda por unas rejas realizadas por el herrero artístico Marcos Macchi. El atrio posee baldosas de 1899. El frente presenta dos torres, divididas en tres secciones. Las inferiores son de forma cúbica y fueron construidas en 1734 por Bianchi. Las dos superiores, octogonales, se concluyeron en 1876. Llegan a 40 metros de alto. Tienen influencia andaluza, adornadas con azulejos blancos y azules y con estucos propios del arte plateresco. En su interior se hallan las tres campanas. Entre las dos torres se alza una imagen de San Pedro González Telmo. Lleva los símbolos de su intercesión: una nave en la mano izquierda y una vela en la derecha.

Interior de la Parroquia San Pedro Telmo

interior templo san pedro telmo
Interior del Templo de San Pedro Telmo

Su interior conserva el estilo original y podemos observar muchos frescos de origen cuzqueño. Tiene planta de cruz latina, cúpula coronando el crucero y capillas en las naves laterales. La nave central tiene techo de medio punto con arcos apoyados en gruesos pilares. Mide 45 x 10 metros. Los jesuitas celebraban la liturgia en la nave izquierda o de San José.

Antes del crucero encontramos dos obras artísticas, de distintas épocas: el púlpito y el comul­gatorio. El primero fue encargado para San Telmo por Manuel Belgrano, en 1805, al artista español Manuel Gaspar Hernández. Es de forma octogonal y en sus recuadros figuran las imágenes de los evangelistas con sus atributos y el escudo betlehemita. En su parte superior vemos la paloma que simboliza al Espíritu Santo. Remata en un ángel, obra de las misiones jesuíticas. Todo el conjunto es de madera tallada y pintada con láminas de oro y esmalte. El comulgatorio, por su parte, es de mármol de Carrara y fue colocado en 1903.

La cúpula posee con cuatro ventanas y linterna. En uno de los pilares en que descansa hay un nicho que contiene una reliquia de San Pedro Telmo. Ya en el presbiterio se ve el retablo, con el antiguo altar mayor adosado. Lo construyó el tallista José Merlang, en 1833. Su parte inferior está adornada con altorrelieves dorados a la hoja, que repre­sentan motivos marinos que nos recuerdan el patrocinio de San Telmo sobre los hombres del mar.

Luego, en sus tres hornacinas, separadas por ocho columnas corintias, están las imágenes de San Telmo, a la izquierda, de San Juan de Dios, a la derecha y en el centro Nuestra Señora de Belén, del artista veneciano Carlos Preboran en madera policromada, entronizada el 15 de agosto de 1903.

La Sacristía

Construida en 1734, aún conserva las puertas, el ventanal superior y los muros originales. Sus medidas son 15 por 10 metros y culmina con una magnífica cúpula con linterna, que llega a 20 metros, de la cual pende una araña de 1901. Aquí encontramos una colección de doce óleos del siglo XVIII, de gran valor histórico y artístico. Fueron restaurados en el año 2005 y han recobrado todo el esplendor alcanzado por aquellos pintores anónimos de los talleres andinos. Posiblemente hayan sido traídos por los jesuitas. Es una colección única en Latinoamérica. Son doce mujeres adivinas.

En las «cartelas» inferiores leemos sus profecías y, en los medallones rodeados de flores, su representación, muestra las escenas de la vida de Cristo desde su Encarnación en su Santa Madre hasta su Resurrección, por lo que se las llama Sibilas Cristianas.

Las Reliquias

El 22 de noviembre de 1942 recibió la reliquia de su patrono. La misma fue donada por el Arzobispo de Valladolid, Antonio García y García. En la ceremonia estuvieron presentes el embajador de España, Adrián Escobar, el presidente de la Nación Ramón Castillo, el Cardenal Argentino Santiago Luis Copello. El cura párroco de ese momento era el presbítero Manuel Juan Sanguinetti. Ese año fue declarada Monumento Histórico Nacional.

La reapertura de la Parroquia San Pedro Telmo

En el año 2005 fue reabierto al público uno de los claustros originales, donde se exponen diversos objetos pertenecientes a las etapas que vivió la iglesia, como una silla de cuero que utilizaron los jesuitas, una mesa de mármol que los padres betlehemitas usaron para operar heridos durante las Invasiones Inglesas y un púlpito donado por Manuel Belgrano (obra del artista español Manuel G. Hernández, de forma octogonal, y en sus paredes figuran las imágenes de los evangelistas y el escudo betlemita

Obras dignas de admirar en San Pedro Telmo

En el retablo vemos el antiguo altar mayor adosado. Autores dicen que lo construyó el tallista José Merlang en 1833, con la ayuda del Gobernador Juan Manuel de Rosas, no he encontrado registros ciertos de ello. La imagen de la santísima Trinidad corona el retablo. Debajo un óleo de la Sagrada Familia. A la izquierda la imagen de San Telmo y a la derecha la de San Juan de Dios; en el centro la imagen de Nuestra Señora de Belén, del artista veneciano Carlos Preboran, de 3 metros de altura, en madera policromada, entronizada el 15 de agosto de 1903.

No es común que un templo que no ostenta la dignidad basilical cuente con su propio escudo heráldico. Y este es el caso de este templo que lo tiene en el pulpito y arriba del nártex. No he logrado conocer los motivos históricos por los cuales la iglesia de Nuestra Señora de Belén lo tiene y lo exhibe de forma tan destacada. Los símbolos del escudo hacen alusión a la estrella de Belén y a los tres Reyes Magos. Elevando nuestra mirada, un óleo del s. XVIII, perteneciente al taller de Rubens, de grandes dimensiones, del Descendimiento de la Cruz. También encontra­mos una imagen de Nuestra Señora del Sufragio, de madera policromada, que procede de Génova.

Al salir por la puerta central, a la derecha, se halla la Capilla de la Fundación, donde se encuentra el primitivo cuadro de Nuestra Señora de Belén, que ya les mencioné.

Podes conocer mas conociendo el Museo Parroquial que se encuentra junto al templo.

Un Túnel secreto

En noviembre de 1989 dos estudiantes de arqueología con formación en arqueología urbana comenzaron a excavar en el patio Este de la Iglesia de San Telmo. Ese trabajo fue llevado cabo por Andrés Zarankin y Hernán Muscio.

En la parte posterior del altar, es decir en el muro Sur de la Capilla, existía información oral de quienes usaban el edificio desde hace mucho tiempo, acerca de la existencia de un “túnel” en la pared. Incluso algunos obreros perdieron allí herramientas en 1980 al arreglarse el altar.

En resumen ellos informan que proceso se interpreta de la siguiente manera:

«Existió una puerta de entrada a la capilla por el lado sur y el altar debió estar ubicado en el lado oeste. En algún momento se modificó la salida haciéndose una moldura redondeada en uno de sus lados. Mas tarde se colocó una puerta de madera con su respectivo marco, con los arreglos pertinentes en especial la bajada de la altura de la bóveda superior. Para terminar se clausuraron ambos lados, se colocó el altar nuevo y se procedió a revocar las paredes. Un hecho fortuito ulterior es el escombro arrojado hacia 1950 con basura de todo tipo y con el simple deseo de rellenar el espacio y hacerlo inaccesible»

Y concluyen:

«es muy difícil darle un fechamiento a esos episodios desde una perspectiva arqueológica, pero en principio podemos fechar todo el proceso para el siglo XIX. Históricamente podemos acercarnos más hacia el momento de la expulsión de los Betlehemitas, en 1821 y los cambios que debieron ocurrir para esa fecha; en los planos de 1880 que poseemos figura la Capilla con la forma actual. El único dato que tenemos para esta aproximación cronológica es la de los ladrillos y su dimensión, la cual se halla dentro de los promedios habituales para la primera mitad del siglo XIX»

Organo y Coro

Se ingresa al Coro por una angosta escalera, abierta en el muro de la nave izquierda del templo. Allí, otra conduce al campanario, adornada con azulejos Pas de Calais, rescatados de las torres antes de su restauración.

El Coro posee un espléndido órgano tubular sinfónico, de origen italiano, de la casa Locatelli de Bérgamo, que cuenta con 2800 tubos. Fue armado y colocado en el templo en 1903. Posee un timbre brillante y sonoro. Fue recientemente restaurado. Es un instrumento conocido por organistas nacionales y extranjeros ya que habitual­mente se utiliza para acompañar el canto litúrgico del Pueblo de Dios y con él se brindan numerosos conciertos.

Tita Merello

Laura Ana Merello —conocida como Tita Merello— nació el sábado 11 de octubre de 1904 en un conventillo del barrio de San Telmo ubicado en la calle Defensa 715. La bautizaron el 26 de enero de 1909 en la parroquia San Pedro Telmo tal cual reza una placa ubicada en el atrio. Falleció el 24 de diciembre de 2002 en la Fundación Favaloro, en el barrio de Monserrat, con 98 años. En el recorrido de los restos de Tita, la iglesia San Pedro Telmo recibió el féretro a las 09:00 del día siguiente, donde una multitud se congregó para despedirla entre aplausos y las palabras del párroco de la iglesia, el padre Ernesto Salvia.

©Miguel Cabrera

Si has llegado hasta aquí…

… te habrás dado cuenta de que no has tenido que pagar por este artículo, como sí ocurre en muchos otros medios. Por eso tu apoyo económico es más necesario que nunca. Creemos que el turismo religioso debe ser difundido. Si tú también lo crees, haz que sigamos siendo posibles. Dona el precio de un café para que podamos seguir comunicando, ¡muchas gracias!