Noticias

Museo de San Pedro Telmo y las Sibilas

El Museo de San Pedro Telmo  es del siglo pasado. Físicamente está establecido en una de las parroquias más antiguas de la ciudad. Cuya primera edificación data de 1734. El conjunto arquitectónico del edificio de la parroquia junto con la iglesia de Nuestra Señora de Belén, el antiguo colegio homónimo y la Casa de Ejercicios Espirituales fue construido en diferentes etapas.

Museo de San Pedro Telmo

Se lo concibió como una muestra de objetos. En 1989 el Padre Horacio Astigueta abrió por primera vez el Museo de San Pedro Telmo. Allí, 10 años después, el Padre Ernesto Salvia comenzó la optimización del mismo. En 2005 se inauguró como museo propiamente dicho, con un recorrido armado por museólogos y especialistas del tema.

El espacio es abovedado, blanco, de líneas sencillas. En contraposición a la fachada de la iglesia, el altar y los retablos, de pintorescas líneas barrocas. La nave del Museo de San Pedro Telmo recorre todo el largo de la iglesia. En sus paredes, nichos con estanterías nos cuentan un poco la historia de este establecimiento religioso.

Padres Betlemitas

Entre los objetos que el museo atesora, se pueden encontrar vestigios de la orden jesuítica como páginas de libros antiguos. También recipientes para la unción con la estrella de Belén. Tres coronitas, que era el símbolo que caracterizaba a los padres Betlemitas. También muñecos de un pesebre con cuatro reyes magos. Un reloj de péndulo que el Teniente Coronel Pack (comandante del regimiento 71 de las invasiones inglesas) regaló a los bethlemitas por las atenciones recibidas a sus heridos.

Una de las joyas mejor guardadas es la serie de las Sibilas. Las Sibilas eran sacerdotisas que anunciaban presagios, entre ellos el nacimiento de Jesús. Cada cuadro tiene el nombre de la pitonisa junto con la adivinación y la región donde ésta estaba asociada. Estas se encuentran guardadas bajo llave en la sacristía, el recinto contiguo al altar. Por su valor histórico están bajo condiciones lumínicas especiales para su resguardo. En 2005 el Centro de Producción e Investigación en Restauración y Conservación Artística de la Universidad Nacional de San Martín las restauró.

En ese mismo recinto, una obra obligada permitió que los muros de ladrillos antiquísimos queden al descubierto. Como la marca de una herida, están plasmadas en esa pared las diferentes intervenciones del paso de las costumbres o los cambios de uso del espacio. Una arcada donde tal vez antes encajaba un portón, fue achicada hasta que por allí sólo encajase una puerta simple de una hoja. En la abertura se puede ver el ancho de los muros, de un metro de espesor. No podemos omitir una imponente mesa de mármol blanco. La misma perteneció al Hospital Protomendicato. Se utilizada para intervenciones quirúrgicas durante las invasiones inglesas.

Orígenes de las Sibilas del Museo de San Pedro Telmo

El Museo de San Pedro Telmo  es nuevo aunque está físicamente establecido en una de las parroquias más antiguas de la ciudad.

A la serie de las sibilas del Museo de San Pedro Telmo tradicionalmente se le atribuyeron dos posibles orígenes: un taller español o uno andino o cuzqueño. José Emilio Burucúa, director del Centro de Investigación de la UNSaM, da crédito a la segunda hipótesis.

«Encontramos en la Biblioteca Nacional de París una serie de grabados del artista flamenco Crispín de Passe, de 1617, que por las semejanzas con nuestras sibilas fueron los modelos usados por los artistas cuzqueños», dijo Burucúa en una nota al diario La Nacion en julio de 2005.,Y agregó que en el seminario San Antonio Abad, de México, hay una serie casi idéntica a la argentina, pero de cinco imágenes. Y sumó a esta evidencia el uso de claroscuros y los rasgos de las mujeres.

Otro de los hallazgos de la restauración de 2005 fue la pintura original de los marcos. Se descubrió que tenían una misma matriz, que estaba oculta bajo una pintura negra y un filete dorado. Esto se incorporó durante el siglo XIX. Alternan tramos oscuros en las esquinas con otros jaspeados, que buscan imitar las vetas de la piedra. Se detectó también que, de los doce cuadros, diez son originales del siglo XVIII y dos se pintaron en el siglo XIX.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.