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Manuel Belgrano y los templos de Buenos Aires

pulpito donado por Manuel Belgrano

Manuel Belgrano murió en total pobreza. Ese 20 de junio Buenos Aires, en guerra civil, tuvo tres gobernadores distintos. El franciscano Padre Castañeda se dio cuenta de lo injusto que había sido el gobierno en no asistir a sus funerales. Ensayó un obituario en su periódico: El Despertador Teofilantrópico Místico Político. Por algunas de sus notas fue desterrado al fortín de KaKel Huincul, hoy Maipú.

Belgrano tuvo activa participación en la difusión de la doctrina cristiana entre sus tropas. También ha tenido paso por muchos de los templos de nuestra ciudad. Hoy queremos mencionar algunos de ellos.

Antes del crucero encontramos dos obras artísticas, de distintas épocas: el púlpito y el comulgatorio. El primero fue encargado por Manuel Belgrano, en 1805, al artista español Manuel Gaspar Hernández. Es de forma octogonal. En sus recuadros vemos las imágenes de los evangelistas con sus atributos y el escudo betlehemita. En su parte superior hay una paloma que simboliza al Espíritu Santo. Remata en un ángel, obra de las misiones jesuíticas. Todo el conjunto es de madera tallada y pintada con láminas de oro y esmalte.

Iglesia y Convento Santa Catalina de Siena

Las Monjas Capuchinas confeccionaron 4.000 escapularios con la imagen de Nuestra Señora de La Merced para el ejército del Norte. Antes de partir hacia Salta, frente a la Catedral de Tucumán, el general entregó uno a cada soldado. En su libro Virgen Generala, estudio documental Cayetano Bruno transcribe una carta de Belgrano:

Acá trabajamos lo que se pueda, y espero que sea con buen éxito. Mediante Dios y nuestra Generala, María Santísima de las Mercedes.Vista V.E. a las tropas el escapulario de esta Señora. Mandé que recen con devoción el rosario. Que los capellanes expliquen, después de él, la doctrina cristiana, siquiera un cuarto de hora. No importa que lo ridiculicen los despreocupados. V.E. verá felices resultas, hablo por experiencia

Virgen Generala en la Basílica Nuestra Señora de Buenos Aires

En la planta alta de este templo se encuentra el Camarín de la «Virgen Generala», Nuestra Señora de la Merced. ante quien Manuel Belgrano le entregó el bastón de mando tras la batalla de Tucumán. La imagen de la Virgen de la Merced que se utilizó en torno al 24 de octubre (un mes después de la batalla) era la «procesional», no la del altar. Es común y razonable que exista una imagen portante para los actos públicos. La que nos interesa estaba en guarda en la familia «camarera» (eso era también común en siglos pasados) que se ocupaba no solo de guardarla y rendirle culto, sino de mantenerla en condiciones para cuando le fuese requerida.

Tras la batalla de Tucumán seguramente muchas veces fue y volvió a la Basílica con motivo de las celebraciones del 24 de septiembre. Sin embargo, parece que esa costumbre se fue perdiendo y a principios del siglo XX, los descendientes de aquella familia camarera se enteraron que los Mercedarios se habían radicado nuevamente en Buenos Aires, y quisieron devolver la imagen; la ofrecieron a la Orden y dos religiosos de la comunidad porteña viajaron a Tucumán y en tren, trajeron la imagen histórica en 1913

Entre tanto, estaba apenas iniciada la construcción de la Basílica se reservó para ella el Camarín, originariamente destinado a la Virgen de Buenos Aires, titular del templo. Claro que el bastón de mando de Belgrano no estaba en casa de la familia camarera, sino en la iglesia Nuestra Señora de la Merced de Tucumán, y por eso en el Camarín esta solamente una réplica de ese elemento histórico.

Frontis de la Basílica Nuestra Señora de la Merced

Más allá de los valiosos elementos interiores, la Basílica tiene un referente curioso incluido en la remodelación Buschiazzo: en el frontis incorpora un grupo escultórico que alude a un hecho histórico clave en la lucha por la liberación del imperio español. En ese trabajo se ve a Manuel Belgrano ofrendando a la Virgen de la Merced el bastón de mando del ejército del Norte, que él comandaba, antes de la victoria en la batalla de Tucumán. El resultado del combate convirtió el triunfo en milagro y desde entonces Nuestra Señora de la Merced es patrona y generala del ejército argentino.

Belgrano le escribió al General San Martin en 1814 la siguiente nota:

añadiré únicamente que conserve la bandera que le dejé y que la enarbole cuando todo el ejército se forme; que no deje de implorar a Nuestra Señora de las Mercedes, nombrándola siempre nuestra generala, y no olvide los escapularios a la tropa; deje usted que se rían; los efectos le resarcirán a usted de la risa de los mentecatos que ven las cosas por encima. Acuérdese usted que es un general cristiano, apostólico, romano.

Manuel Belgrano en San Jose de Flores

En en esta Basílica Manuel Belgrano, con sus tropas rumbo al Norte, se detuvo para orar y pasar la noche del 24 de enero de 1812. Es interesante transcribir lo escrito por el creador de la bandera respecto a la cantidad de hijos de padres desconocidos: «El curato tiene legua y tres cuartos de jurisdicción y los feligreses que lo ocupan son mil setecientos: bautismos 180 al año y casamientos 20» y concluye «es de admirar que la población no este ni en razón de diez a uno con los bautismos»

Manuel Belgrano y Mamá Antula

Manuel Belgrano, junto a otros muchos encumbrados nombres de nuestra historia, hizo muchos retiros espirituales en esta Casa. Hay autores que mencionan encuentros entre la Beata y Belgrano cuando el trabajaba en el Consulado.

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