Nuestra Señora del Consuelo, historias para contar

Nuestra Señora del Consuelo, en Donato Álvarez 2050, puede decirse que tiene historias de pérdidas. La primera comienza en la llamada Quinta de Anselmo. Este terreno, de 50 por 80 metros, se encontraban en San Blas y Donato Álvarez. A principios del siglo XX la adquiere el padre Francisco Arreche. miembro del Cabildo Metropolitano. Él la modificó y vivió allí hasta su muerte.

Arreche, que era devoto de Nuestra Señora del Consuelo, deja sus bienes en manos Monseñor Juan Perasso, vicario general del Arzobispado. Lo nombra su albaceas. El padre Francisco testa que allí debe construirse un templo y un colegio, ambos en honor a Nuestra Señora de la Consolata. Para ello deja 75 mil pesos. Aquí se registra la primer pérdida, el dinero nunca se uso para tal fin. Y el terreno terminó siendo donado a la Orden de los Misioneros Claretianos.

La historia de la parroquia

Los claretianos comienzan allí a edificar una capilla. El 13 de mayo de 1926 monseñor Fortunato Devoto la bendijo bajo la advocación de Nuestra Señora del Consuelo. En realidad el nombre completo era Nuestra Señora del Consuelo de los Afligidos. Pero, los claretianos estuvieron a cargo de la parroquia hasta el año 2001. Allí asumieron dicha responsabilidad los Misioneros de la Consolata

El barrio comenzó a recibir a inmigrantes italianos provenientes de Turín. Allí se encuentra el Santuario della Consolata. Un bello templo del siglo XVIII. Entonces la capilla comenzó a ser llamada como de la Consolata. Para no ir contra el deseo del barrio monseñor José María Botaro realiza el acta de erección como parroquia, en 1928, y lo hace bajo el nombre de Nuestra Señora de la Consolata.

Nuestra Señora del Consuelo, la torre

Con el crecimiento de los habitantes en la zona, en 1929 se comenzó un nuevo templo. Los planos pertenecieron al arquitecto Aldo Antonio Flandoli. Autor también del Mausoleo Peirano, en la Recoleta. Durante 30 años la cripta sirvió de parroquia.

Mientras tanto las obras del templo y el colegio Claret comenzaron recién en noviembre de 1940. Cinco años después se bendijo el bautisterio. El ingeniero Julio Arrighi, que se hacen cargo de la tarea de terminación del templo ante la muerte Flándoli. Entonces decide en 1962, por un tema de tiempos y presupuesto, no respetar el plano original que incluía una torre campanario de 50 metros. Por eso cuando te paras y la contemplas de frente sentís que le falta algo.

En 2011 pasó a depender de la Arquidiócesis de Buenos Aires. Y cambia su nombre por Nuestra Señora del Consuelo.