Basílica San Francisco de Asís

Según consta en el Registro Estadístico (tomo 1° de 1859) Juan de Garay al realizar la traza de Buenos Aires en 1580, le entregó la manzana número 132 para la Orden de los Frailes Menores (franciscanos), el mismo sitio que ocupa actualmente la Basílica San Francisco de Asís.

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Los Franciscanos fueron la primera orden que envió Carlos V a estas tierras. La primera construcción de la iglesia y del convento era de adobe como lo eran todas las construcciones de ese entonces. No hay una fecha cierta respecto a la edificación. Se estima que se debió haber producido entre 1580 y 1594.

En 1604, el obispo del Paraguay, Fray Martín Ignacio de Loyola mandó construir un nuevo convento e iglesia. Esta se levantó donde hoy se encuentra la capilla de San Roque (Alsina y Defensa).

A comienzos del siglo XVIII (en 1731) los obispos Franciscanos y hermanos carnales Gabriel y Juan de Arregui y Gutierrez, resolvieron construir una nueva iglesia más grande. Es la base de la que actualmente existe. La misma se realizó sobre un proyecto del arquitecto jesuita Andrés Blanqui, secundado por el sevillano Fray Vicente Muñoz, del Orden Seráfica.

El Capitán Juan de Espinosa y Ana María de Segura donaron “piedra, cal y arena”. A pesar de esta donación la corona tuvo que invertir “medio millón de pesos fuertes” para terminarla. El 25 de marzo de 1754 la iglesia se abrió al público y la bendijo Fray Bernardo de Molina.

Problemas en la estructura

En 1770 el Gobernador de Buenos Aires, Juan José Vertiz y Salcedo, mandó cerrar la iglesia porque su gran bóveda corría riesgo de desplomarse. Incluso hubo arquitectos que aconsejaron demolerla. El guardián del templo Fray Juan Antonio López se opuso a esta medida y logró revertirla. El 28 de septiembre de 1783 la consagra solemnemente el obispo franciscano de Buenos Aires, Fray Sebastián Malvar y Pinto.

En 1868, el 20 de marzo, su santidad Pío IX concede al templo el ser agregado a los privilegios de la Archibasílica de San Juan de Letrán. El 8 de enero de 1919, el papa Benedicto XV concedió a esta iglesia el título de Basílica Menor.

Por decreto del poder Ejecutivo Nacional Nº 120.412 del 21 de mayo de 1942 la iglesia de San Francisco y el convento se los declara Monumento Histórico Nacional.

Datos de interés de la Basílica San Francisco de Asís

En 1791, Fray Domingo Perez comenzó a instalar el órgano, el mismo lo construyó el maestro organero alemán Luis Oben. Se concluyó al año siguiente, intervinieron además de Oben, el tallista Tomás Saravia y el escultor Manuel Díaz.

Un derrumbe

El 14 de diciembre de 1807 se derrumbó la fachada. Santiago de Liniers, gobernador en esa época, pidió a su comandante de ingenieros, Santiago Perez Brito, realizar un investigación del hecho. Tiempo después Perez Brito sugirió a Liniers llamar al arquitecto Tomás Toribio quien fue el primer arquitecto oficial de la Banda Oriental (Uruguay) para que iniciara la reconstrucción que comenzó en 1810.

En 1911 se inauguró la Basílica San Francisco de Asís, completamente remodelada en un barroco de estilo bávaro, preciosista y muy elegante, firmado por el alemán Ernest Sackman. Del templo español sólo quedaron un altar y objetos sueltos, varios de los cuales se perdieron en la quema de las iglesias en 1955.

La Basílica San Francisco de Asís y su protagonismo en la historia

En el atrio de la Capilla de San Roque y de la Basílica San Francisco de Asís, el 1º de diciembre de 1829, se depuso al Gobernador de Buenos Aires, Manuel Dorrego. El General Juan Lavalle, convovó a los golpistas allí, donde se realizó la llamada «elección del sombrero», que lo nombró gobernador.

Durante la revolución cívico militar de 1880 donde se enfrentaron el Presidente de la Nación, Nicolás Avellaneda, con el Gobernador de Buenos Aires, Carlos Tejedor, el templo se convirtió en hospital de sangre, y los religiosos presentaron ayuda a las víctimas de aquellos enfrentamientos.

El incendio de 1955

Fue una de las iglesias más afectadas en los incendios del 16 junio de 1955. El fuego destruyó totalmente el altar mayor. Hoy en el museo de la iglesia se pueden ver los restos de aquel acto. La restauración posterior simplificó cromáticamente el interior, y en lugar del retablo destruido, se colocó el tapiz diseñado Horacio Butler, «La glorificación de San Francisco«. Segundo en el mundo por su tamaño, después del de la Catedral de Coventry de Gran Bretaña. El mismo sirve de fondo al altar mayor mide 8 por 12 metros (restaurado en 1972 por el equipo de Santiago Larrochette) y el Púlpito hecho en madera tallada de color dorado y estilo puramente rococó.

Sepulcros en la Basílica San Francisco de Asís

Descansan en su interior los restos de Mariano Acosta, Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, y su esposa, los firmantes de la independencia Mariano Boedo y Juan de Darregueyra, la Virreina Rafaela de Vera y Mújica, esposa del Virrey del Pino, Fray Pedro Errecart, amigo y confidente del General Juan Domingo Perón y su esposa Evita, Fray Francisco Schiamarella, sacerdote que los casara en la Parroquia San Francisco de Asis de La Plata.

También se encuentran, sobre el final de la nave, sepulcros donde reposan los restos de Franciscanos importantes en la vida de este convento: Fray Luís de Bolaños: apóstol del Paraguay a quien se lo trasladó desde la cripta hasta allí durante la reforma de 1900; Fray Gabriel Arregui: obispo de Buenos Aires y del Cuzco; Fray Juan Arregui: obispo de Buenos Aires, durante la quema de 1955 ambas tumbas fueron profanadas. Sus restos fueron dispersos por el templo y Fray Abraham Argañaráz: guardián del convento, provincial.

Refacción y hallazgo

El remate de la fachada de la Basílica San Francisco de Asís contiene un grupo escultórico de cuatro figuras: el santo Francisco es flanqueado por Dante Alighieri, por el pintor Giotto y, arrodillado ante él, Cristóbal Colón. ¿Por qué este elenco? Porque los tres personajes eran hermanos de las órdenes menores de San Francisco.

Las esculturas las crea en Buenos Aires el artista alemán, Antonio Voegele, que llegó muy jovencito a estas costas y se quedó, eventualmente con estudio propio y socios italianos y criollos. Voegele modeló las figuras hacia 1910 en su atelier y el conjunto fue izado e instalado al terminar las obras de remodelación de la basílica.

En Marzo de 2007 el estudio de arquitectura Leguizamon Escurra comenzó con un master plan de refacción creado por el arquitecto Gustavo García y que propuso restaurar por etapas el claustro y la Basílica, y abrir un centro cultural que integre el museo de arte sacro, el archivo y la biblioteca del convento.

La sorpresa

La gran sorpresa fue que al intervenir la figura del Dante, apareció en el interior de la cabeza una cápsula del tiempo. Los arquitectos y la escultora Romina Bardone, gerente del estudio, encontraron una lata de metal, como las que se usaban para el té, decorada con chinescos y atada como un paquete con cables de luz, de los forrados en tela. Adentro de la lata había una hoja del diario La Prensa de principios de agosto de 1908. Tambien una página del diario de Innsbruck, ciudad natal de Voegele. Ademas de cuatro monedas de cobre argentinas de entre 1880 y 1890. Junto a un frasco esmerilado y, adentro, un sobre con la leyenda “Yo saludo a quien encuentre estos escritos”. Los profesionales abrieron el sobre y encontraron esta carta:

“Estas estatuas fueron hechas por el escultor Antonio Voegele, natural de Innsbruck, capital de la provincia de Austria, que llegó hace 26 años a la edad de 22 a Buenos Aires. El arquitecto de esta obra fue el Señor Don Ernesto Sackmann. La colocación y modelaje fue hecho y dirigido por el Señor Don José Laranglía, natural de Ingone provincia de Milán.

Este señor trabajó desde los 22 años en el taller y es entendido en 10 por ciento de la ganancia. Lo mismo trabajó en la … el Señor Carlo Cerviño natural de la Lombardía (Italia). El capataz de la obra fue el Señor Don Juan Puntel natural de Veneto. La obra fue pagada por el Señor Don Santos Unzué y Señora. Cada estatua costó $1500 que es el equivalente de 650 pesos oro de moneda de libras esterlinas. Deseo que Dios y San Francisco protejan esta obra y le den una larga existencia»

Antonio Voegele

Museo Bottaro de la Basílica San Francisco de Asís

Este lleva el nombre de Fray José María Bottaro (quien fuera arzobispo de Buenos Aires)  se inserta dentro un proyecto de la orden franciscana de apertura a la comunidad integrado por conciertos, conferencias, óperas y visitas a la Basílica San Francisco de Asís y a la capilla San Roque. Recorre la historia de la orden más antigua de la capital cuyos orígenes, como dije, se remontan a la fundación de la ciudad. Podemos ver allí También la colección de objetos de Palestina pertenecientes a Fray Paz. Reliquias certificadas se santos, entre ellos, San Francisco de Asís y San Roque, objetos litúrgicos y piezas de mobiliarios de los siglos XVIII, XIX y XX.

Retratos de Papas franciscanos, entre ellos Gregorio XI que no pudo asumir ya que murió la misma noche de su elección. En el cuadro del siglo XVIII se ve a “la muerte” llevándoselo.

En definitiva tal cual lo expuesto por su fundador, fray Jorge Stipech, “no se trata de un museo artístico, histórico o arqueológico -aun cuando contenga objetos de alta calidad artística y de gran valor histórico-, sino que es ‘cultural y evangelizador’, porque ilustra la historia de la Orden Franciscana y el influjo que produjo en la evangelización, cultura e historia del país”.  El 9 de agosto de 2007, la legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a través de la Declaración 171/2007, declaró de Interés cultural de la CABA la exhibición permanente de Piezas de colección que se lleva a cabo en el Museo.

Otros detalles

Consagrados

En este templo fueron consagrados obispos los franciscanos, Beato Fray Mamerto Esquiú, Fray Wenceslao Achaval, Fray Benjamín Achaval, Fray Buenaventura Rizzo Patrón, Fray Juan C. Ticera, Fray Zenón Bustos, y Fray José María Bottaro.

El Reloj de sol de la Basílica San Francisco de Asís

Otra curiosidad es el reloj de sol vertical que se encuentra sobre una de las alas de la construcción. Este es bien visible desde el patio interior del convento. Esta perfectamente orientado, el gnomon marca la hora solar que debemos ajustar de acuerdo a la ecuación del tiempo y latitud (34°36′37,34″S 58°22′17, 31″O)  para obtener la hora oficial. No hay datos ciertos de su construcción.

El libro necrológico del templo cita:

«Febrero 20: recordamos hoy ante el Señor a nuestros hermanos: 1881.- FR. NEPONUCENO ALEGRE, sacerdote, ex definidor, y actual guardián del convento de Corrientes, en el que falleció. A este padre se debe la construcción del reloj de sol del jardín del convento de Santa Fe y el del convento de Buenos Aires.”

El mismo tiene una inscripción en latín que dice: «Cada hora que pasa te hiere y la última te matará»

Puesta en Valor

En Octubre de 2016 comenzó un plan de puesta en valor con un costo estimado de más de 100 millones de pesos. También se restaurarán la biblioteca del monasterio y, en una segunda etapa, el patio colonial, un oasis de silencio a metros de la Plaza de Mayo que solía visitar el Papa Francisco cuando era arzobispo de Buenos Aires. La iglesia, el convento y la capilla San Roque forman el Conjunto Franciscano, Monumento Histórico Nacional ubicado en el Casco Histórico porteño.

El Ministerio de Interior, Obras Públicas y Transporte destrabó los fondos asignados por el anterior gobierno para su reparación. La partida corresponde al anuncio realizado en 2014. Cuando lanzaron obras por 400 millones de pesos para las iglesias de Luján, Mercedes y la Basílica San Francisco de Asís. A esta última se le asignaron $ 94.306.615, valor que según fuentes oficiales será actualizado.

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Basílica San Francisco de Asís © Miguel Cabrera